Orar, o rezar, como lo quieras llamar, no es repetir frases llenas de culpa o arrepentimiento. Tampoco es suplicar o pedir a los dioses ayuda.
Orar es comunicar con Dios, con el Universo, con el Amor. Y esta comunicación es increíblemente poderosa cuando lo hacemos de manera pura y sincera. .
Y hablo de su poder porque es inmenso e incomparable y es de verdad la única manera de actuar con completa seguridad de que todo estará siempre bien.
Es saber que tú no haces nada y que todo se te da para que vayas solamente siguiendo los pasos. Y más. Es reconocerte y tomar conciencia de Quién realmente eres.
La oración es como hablar con un hermano mayor que tiene más experiencia que tú y al que le puedes consultar cualquier inquietud, que te la resolverá con total generosidad.
Es importante que no ores pidiendo, sino agradeciendo.
Orar con sencillez, hablar con Dios a través de el poder de la oración, agradecerle por todo lo que somos y tenemos es indispensable para una vida llena de prosperidad, ésta hay que pedírsela a Dios utilizando el poder de la oración, es válido y por supuesto que cada uno de nosotros tiene que hacer la parte que le toca en este trato.
No cometas el error de orar en forma mecánica, o cuando estás haciendo otra cosa; dedica un tiempo, el que tú elijas, para ejercitar el poder de la oración especialmente en la mañana o la noche sin embargo cuando tienes fé Dios te escucha en cualquier hora y cualquier lugar.
CANCIÓN: ÁNGELES DE DIOS.
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